La mayoría de los problemas de salud más frecuentes hoy en día están directamente relacionados con el estilo de vida que la persona lleva. Es aquí donde entra la planificación sanitaria, en dónde se habla de tener en cuenta sólo los aspectos cualitativos del sistema de prestación de cuidados, derivados de la prevención, la curación y la rehabilitación de los individuos y las familias, y también otros que han de estar orientados a conseguir un medio ambiente saludable, la promoción de estilos de vida sanos, así como la integración de la población en la detección de sus necesidades de salud y en la búsqueda de soluciones.
¿Qué es la planificación sanitaria?
La planificación sanitaria consiste en un método de tipo prospectivo, es decir, que está orientado hacia el porvenir, aunque parte del análisis del pasado y del presente. Es un proceso dinámico y continuo que se debe adaptar a las situaciones particulares y a las disciplinas que intervengan en el proceso y que en el caso de la planificación en salud son muy diversas. No es lo mismo planificar que programar.
Programar forma parte de la planificación, que en el caso de la salud se encuentra íntimamente ligada al contexto sociopolítico; es decir, todas las etapas del plan están influidas por el contexto en el que el proceso se aplica. Por ello, la persona que planifica debe reconocer los intereses de los colectivos integrados en el proceso.
En la planificación, la instancia o personas que planifican no son normalmente responsables de todo el proceso administrativo, esta responsabilidad es de la Administración que promueve el proceso.
Diferentes definiciones
Planificar es pensar de antemano lo que se va a realizar. Es la parte teórica del plan, la etapa más importante de todo el proceso y de cualquier metodología que se quiera poner en marcha o utilizar. Se realiza sobre el papel. Contesta a las preguntas de tipo: qué, cómo, cuándo, dónde y con quién. La planificación dentro del proceso administrativo es a su vez otro proceso. Junto con la etapa de organización constituye la parte reflexiva o preparatoria de este proceso administrativo. En ella se deben fundamentar y determinar los caminos que se van a seguir en las distintas actividades que se realicen y supone la creación del plan de actuación, la definición de los caminos o de las estrategias que van a permitir pasar de una situación a otra.
Existen diferentes definiciones de planificación, algunos autores la explican como un método racional para escoger, organizar y evaluar las actividades de salud más eficaces, en razón de las necesidades de salud existentes. Para otros consiste básicamente en elaborar un plan dirigido a resolver los problemas identificados, decidiendo el método a emplear y delimitando los objetivos de cara a una posterior evaluación. Algo esencial es que tiene que ver con las acciones y la organización, desde el punto de vista teórico planear es decidir qué objetivos quieren lograrse, qué acciones deben llevarse a cabo para alcanzarlos, qué posiciones organizacionales se asignarán para ello y quién será el responsable. No cabe duda de que se trata de un proceso intelectual que requiere la determinación de cursos de acción
y la fundamentación de las decisiones en propósitos, conocimientos y estimaciones considerada. Al planificar siempre se hace sobre el papel, tal como ya se ha comentado.
De manera más concreta se puede entender que planificar es un proceso por el cual las decisiones son transformadas en acciones. Por tanto, se puede decir que planificar es sobre todo llevar a cabo una toma de decisiones sobre problemas, teniendo en cuenta las prioridades, los recursos y los métodos, basándose en el análisis y en la valoración de las necesidades que en materia de salud tiene la población.
La planificación es un proceso y dentro del mismo existe una serie de etapas que están relacionadas entre sí. Estas etapas están dispuestas de una manera lógica e interrelacionada, de tal modo que a veces una etapa puede ser infravalorada en favor de otra. Hay que planifi car porque existen diferentes modos o caminos para hacer las cosas. Si sólo hubiera una manera, la planificación no sería necesaria, pero siempre hay más de un modo de conseguir los objetivos planteados. Incluso existen diferentes maneras de entender la planificación.
Antes de planificar hay que estudiar la situación y ése es el momento para definir lo que se quiere conseguir y qué precio se está dispuesto a pagar para ello, es decir, a costa de qué recursos
incluyendo en éstos el tiempo, las personas, el dinero, etc. De la planificación va a depender el éxito o el fracaso futuro, se trata de tomar una decisión teniendo en cuenta los medios y los recursos necesarios para alcanzar los objetivos propuestos.
Al planificar se pretende modificar la realidad actual y transformarla en otra mejor. En esta etapa del proceso administrativo es imprescindible sentarse a hablar, discutir, consensuar y llegar a acuerdos. Muchas veces se trata también de hacer entender al equipo cuáles son los propósitos y los objetivos del trabajo, y qué métodos se van a emplear para conseguirlos. Por último, y tras haber pasado por las acciones anteriores, hay que plasmar el resultado en un documento que permita su transmisión y así poder comenzar a instaurar y a ordenar los recursos necesarios para la puesta en marcha del plan. Una vez terminado este proceso, ya se puede comenzar a hacer evaluaciones parciales del citado plan.
No siempre se ha planificado de manera explícita. La planificación como actividad a llevar a cabo es bastante reciente, unida a la exigencia social cada vez mayor de evitar el fracaso y, por tanto, de huir del aprendizaje tipo ensayo-error. Este hecho no quiere decir que la tarea de planifi car lleve directamente al éxito, muchas veces el proceso de planificar es largo y costoso, de tal modo que se enlentece el proceso y puede resultar frustrante.
Se debe planificar para reducir los riesgos al máximo, pero nunca se va a poder estar seguro totalmente del éxito. La planificación además debe darse en un contexto apto para que pueda llevarse a cabo. Si no se tiene una buena organización y se cuenta con una puesta en marcha adecuada para llevar a cabo lo planificado, puede darse el caso de que todo se reduzca a un montón de papeles, pero sin ningún resultado positivo.
¿Cómo se realiza?
Para realizar una planificación sanitaria de salud tiene que pensarse de antemano en cómo se va a realizar. Toda planificación se genera para cubrir una necesidad, requiere un análisis y un diagnóstico situacional, el establecimiento de unos objetivos bien definidos y la elección del conjunto de actividades ordenadas en el tiempo, lo que posibilitará que la necesidad quede cubierta.
La planificación sanitaria se puede clasificar desde muy diversas perspectivas. Si se hace en función de la extensión del proyecto en el tiempo, es decir, según el alcance de sus objetivos, se habla entonces de planes a corto, medio y largo plazo. En este caso es importante resaltar que algunos autores no consideran el medio plazo. Éstos contemplan que los dos tipos más importantes de planificación organizativa son: la planificación a largo plazo, denominada también planificación estratégica, y la planificación a corto plazo o planificación operativa:
- La planificación sanitaria estratégica abarca un periodo de entre 3 y 5 años. Comienza con un análisis en profundidad de los puntos fuertes y débiles del entorno interno, así como de las oportunidades y de las amenazas externas.
- La planificación sanitaria operativa, en cambio, se realiza en consonancia con la elaboración de los planes en el periodo de un año vista.
El tiempo va a estar de acuerdo con la dificultad de lo que se quiera alcanzar. En algunos casos, planificar con una semana de antelación puede ser demasiado, en otras ocasiones se debe prever algunos años antes. El periodo de antelación de un plan a corto plazo puede ser de días, meses, hasta de un año. Por tanto, para obtener mejores resultados, cuanto más efi caz se sea y mayor experiencia se tenga, será más adecuado trabajar con planes a largo plazo. Se suele admitir como norma el periodo de 10 o 15 años para los planes a largo plazo, aunque hay empresas que los tienen hasta para un periodo de 25 años o más. En líneas generales, cualquier planificación que se establezca en un tiempo superior a 5 años puede considerarse en el largo plazo.
En conclusión….
En conclusión, se podría decir que la planificación:
- Está orientada hacia el futuro.
- Es un proceso continuo de creación.
- Es inherente a cualquier nivel de decisión.
- Tiene un marco temporal en el cual las decisiones son útiles.
- Debe implicar a todos los que tengan que ver en el proceso, incluidos los usuarios.