El embarazo es una etapa de muchísimos cambios. No solo hablamos de lo que se nota por fuera, como la barriga creciendo o los pechos preparándose para la lactancia. Por dentro, el cuerpo también se adapta a pasos agigantados: cambian las hormonas, el metabolismo se ajusta y las emociones están a flor de piel. Entre todo ese torbellino, hay algo que conviene no perder de vista: el peso.
Muchas futuras mamás se preguntan: “¿Estoy engordando lo suficiente? ¿Demasiado? ¿Cómo sé si estoy dentro de lo normal?”. Y es totalmente lógico. El aumento de peso durante el embarazo no es solo una cuestión estética, es un tema de salud. Para ti y para tu bebé.
En los últimos años se han popularizado herramientas como la calculadora de peso durante el embarazo, que te orientan sobre cómo debería ir evolucionando tu peso semana a semana, en función de tu estado previo. Y aunque puede ser útil para hacerse una idea general, lo cierto es que cada embarazo es único. Por eso, contar con el acompañamiento de un/a nutricionista embarazo puede marcar la diferencia: no solo para controlar el peso, sino para sentirte bien, con energía y segura durante todo el proceso.
En este artículo te contamos por qué es tan importante hacer un buen seguimiento del peso, cómo debería aumentar de forma saludable y qué puedes hacer (sin obsesionarte) para mantenerte dentro de un rango adecuado.
¿Por qué es importante controlar el peso durante el embarazo?
Subir de peso durante el embarazo es algo totalmente natural. Al fin y al cabo, tu cuerpo está creando una vida desde cero. El volumen de sangre aumenta, el útero crece, el pecho se prepara para amamantar, y a eso se suma el peso del bebé, la placenta y el líquido amniótico.
El problema viene cuando esa ganancia de peso no está dentro de lo esperado. Si subimos demasiado, pueden aparecer complicaciones como:
- Diabetes gestacional
- Presión arterial alta
- Mayor riesgo de parto por cesárea
- Bebés muy grandes al nacer (macrosomía)
- Dificultades en la recuperación posparto
Pero también hay que tener cuidado con no subir lo suficiente. Un peso demasiado bajo puede provocar partos prematuros o bebés con bajo peso al nacer, lo que afecta directamente a su salud.
¿Cuánto peso es normal ganar?
No hay una única respuesta válida para todas. Depende mucho del peso que tenías antes del embarazo, y ahí es donde entra en juego tu índice de masa corporal (IMC). Como orientación general:
- Si tenías bajo peso (IMC <18,5), lo ideal es ganar entre 12,5 y 18 kg
- Si estabas en un peso saludable (IMC 18,5–24,9), entre 11,5 y 16 kg
- Si tenías sobrepeso (IMC 25–29,9), entre 7 y 11,5 kg
- Y si tenías obesidad (IMC ≥30), entre 5 y 9 kg
La calculadora de peso durante el embarazo te puede dar una idea más personalizada, teniendo en cuenta tus datos antes del embarazo y las semanas de gestación en las que te encuentras.
¿Cómo va evolucionando el peso a lo largo del embarazo?
En el primer trimestre es habitual ganar poquito peso, e incluso hay quien pierde algo por las náuseas. Lo normal es aumentar entre 0,5 y 2 kg en esos primeros tres meses.
A partir del segundo trimestre, el ritmo suele ser más constante, con una ganancia de entre 300 y 500 gramos por semana si todo va bien. Eso sí, no significa que debas empezar a “comer por dos”. Lo que realmente importa es comer mejor, no más. Tu cuerpo solo necesita unas 300 a 500 calorías extra al día en esta etapa, y deben venir de alimentos de calidad.
¿Estoy dentro de un rango saludable?
Además de seguir el control que hace tu matrona o tu gine, puedes pesarte tú misma una vez por semana, siempre en las mismas condiciones (por ejemplo, por la mañana y en ayunas).
Y si notas que estás subiendo demasiado rápido —o al contrario, que apenas ganas peso—, no dudes en consultarlo. La clave no es fijarse en el número exacto, sino en la tendencia general y en cómo te sientes.
¿Y qué puede aportar un/a nutricionista durante el embarazo?
Pues mucho más de lo que crees. Contar con un/a nutricionista especializado en embarazo no significa hacer dieta estricta. Todo lo contrario: se trata de adaptar tu alimentación a esta etapa tan importante de forma saludable, equilibrada y realista.
Contar con el apoyo de un/a nutricionista durante el embarazo puede marcar una gran diferencia, no solo en el control del peso, sino también en tu bienestar general. Este profesional puede ayudarte a diseñar menús adaptados a tus gustos, necesidades y circunstancias personales, teniendo en cuenta tus preferencias alimentarias, horarios y posibles restricciones. Así, comer saludable se vuelve más fácil y realista.
Además, un buen seguimiento nutricional permite prevenir carencias importantes como las de hierro, calcio, vitamina D o ácido fólico, que son fundamentales para ti y para el desarrollo del bebé. También es clave para gestionar mejor las típicas molestias del embarazo, como las náuseas, el estreñimiento o los antojos, y controlar el peso en situaciones específicas como la diabetes gestacional o si partías de un sobrepeso previo. Y lo mejor es que este acompañamiento no termina con el parto: un/a nutricionista también puede ayudarte a cuidarte en el posparto y durante la lactancia, adaptando la alimentación a tus nuevas necesidades y ritmo de vida.
Consejos prácticos para un aumento de peso saludable
Durante el embarazo, es fundamental mantener una alimentación regular y equilibrada. Lo ideal es hacer entre cinco y seis comidas al día, en porciones pequeñas, para ayudar a mantener estables los niveles de energía y evitar molestias digestivas como la acidez o las náuseas. A la hora de elegir qué comer, apuesta por alimentos frescos y nutritivos: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y proteínas de buena calidad deben ser los grandes protagonistas de tus platos.
Además, mantenerse bien hidratada es igual de importante. Beber suficiente agua a lo largo del día y reducir el consumo de azúcares añadidos y productos ultraprocesados marcará la diferencia en cómo te sientes. Y no solo se trata de lo que comes: moverte un poco cada día, ya sea caminando, haciendo yoga prenatal o nadando, puede ayudarte a sentirte con más energía, controlar el peso y mejorar tu estado de ánimo. Dormir bien y cuidar tu bienestar emocional también forma parte del autocuidado durante esta etapa tan especial. Todo suma.